En los primeros días del mes enero de 1937 los nacionales controlan la carretera de La Coruña desde el Puente de San Fernando y Cuesta de Las Perdices hasta el Km 18 en Las Rozas, donde comienza la carretera del Escorial.

El mayor punto de penetración en el casco urbano de Las Rozas, se sitúa en el Cerro de la Paloma en la zona de La Marazuela y frente a los montes de El Pardo, una vez superada la zona de la estación del ferrocarril.

A partir de este momento el frente se estabiliza formando una línea que de este a oeste va desde El Plantío, carretera de La Coruña, Monte del Pardo, La Marazuela, de nuevo carretera de La Coruña a la altura del cementerio viejo, el Pinar, carretera del Escorial y en paralelo con la carretera a Villanueva del Pardillo.

Por los 2 bandos se realizan obras de fortificación con objeto de consolidar las posiciones. Los nacionales para asegurar sus posiciones usan la “trinchera” del ferrocarril que discurre próxima a la carretera de La Coruña, de igual modo “tejen” una red de trincheras en el perímetro del pueblo que junto a las construcciones del mismo y a la serie de fortines construidos en el cruce de la carretera del Escorial con la de Majadahonda y la de La Coruña (hoy desaparecidos) y los del Vértice Cumbre y el Barranco Puente Retuerta (hoy visitables y en aceptable estado después de 70 años) hacen de Las Rozas una posición muy sólida (existen fotos de un vuelo militar nacional del año 1938 donde se aprecian muy bien), que junto con las posiciones de Majadahonda y Villanueva del Pardillo protegen el flanco noroeste del ejercito que asedia Madrid capital.

Esta parte del frente se mantendrá inamovible hasta el final de la contienda. Los poco más de dos años de guerra han dejado muchos restos de las fortificaciones y trincheras que se hicieron, aparte de los que han desaparecido por el paso del tiempo y de las urbanizaciones.